jueves, 9 𝗱𝗲 mayo, 2024
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Polémica aprobación de mapas distritales, activistas denuncian manipulación y llaman a participar

Foto: ncleg.gov

Leah Carlson- La Asamblea General de Carolina del Norte aprobó este jueves 4 de noviembre el trazado distrital que se usará para elegir los 50 senadores y 120 integrantes de la Cámara de Representantes del estado, así como los 14 representantes al Parlamento Federal. Los mapas durarán una década, a menos que una corte decida lo contrario, como ya ha ocurrido en el pasado.

Los parlamentarios estatales tuvieron desde agosto, cuando fueron publicados los datos oficiales del Censo 2020, para presentar las nuevas propuestas. Este proceso se realiza cada 10 años, posterior al empadronamiento.

El público había tenido acceso a varios potenciales mapas distritales (que serían usados en cada una de las elecciones de Carolina del Norte del 2022 al 2030), pero este viernes 29 de octubre el senador republicano Ralph Hise, miembro del Comité de Redistribución Distrital, entregó las propuestas para el visto bueno de la Asamblea General y, en tan sólo una semana, estas fueron aprobadas en todas las instancias.

Miembros del Partido Demócrata aseguran que los nuevos distritos han sido ilegalmente manipulados para darle una ventaja electoral al Partido Republicano y no reflejan la realidad de los votantes de Carolina del Norte, un estado donde tradicionalmente la preferencia electoral está dividida en mitad demócratas y mitad republicanos. El trazado le da al partido Republicano mayoría absoluta en ambas cámaras, 70-50 en la Cámara de Representantes y 30-20 en el Senado estatal, así como un 80% de los asientos al Congreso Federal.

Organizaciones de derechos civiles de Carolina del Norte ya habían presentado una primera demanda en contra de los mapas, antes de ser aceptados por la Asamblea General, pues aseguraban que la redistribución propuesta por los republicanos afectaba la representación de los grupos étnicos minoritarios. Ahora, tras la aprobación, se esperan aún más litigios en la corte.

Incluso, un día antes de la aprobación del trazado distrital, activistas llamaron a una conferencia de prensa urgente para alertar sobre lo que calificaron como un “manejo extremo del gerrymandering en Carolina del Norte”. En la convocatoria, criticaron la escasa participación pública en las reuniones del comité de redistribución y aseguraron que los legisladores ”dejaron de lado más de 4.000 comentarios públicos de los habitantes de todo el estado”. 

En la cita participaron grupos de defensa de todo el estado, incluidos Democracy North Carolina, North Carolina NAACP, North Carolina Asian Americans Together, Carolina Judíos por la Justicia, NC Counts Coalition, El Pueblo y ACLU of North Carolina.

Un proceso complejo 

La idea es que los mapas distritales reflejen las variaciones poblacionales en cada uno de los estados del país, y para su trazado se usan criterios como población igualitaria, preservación del interés de la comunidad y de los valores del distrito, así como la adhesión a las leyes de derechos electorales, entre otros.

Se trata de un hito que influye en todos los niveles de decisión – desde el más local, hasta el más general – y que históricamente ha sido polémico, pues determina en última instancia, quiénes serán los representantes de la población y las leyes que la protegerán o la dejarán desatendida, según sea el caso. 

Los legisladores electos con base en la distribución poblacional de los distritos toman decisiones que van desde garantizar la seguridad en las escuelas, hasta adoptar políticas migratorias. El hecho de determinar quién vive en qué distrito, puede influir en si los funcionarios se sienten o no obligados a responder a las necesidades de una comunidad. 

La crucial participación latina 

Según un documento del Brennan Center for Justice, publicado en febrero de este año, Carolina del Norte es un estado con “alto riesgo de manipulación de distritos o trazado injusto”, pues combina “un control político unipartidario sobre este proceso con cambios demográficos y crecimiento poblacional extremadamente rápido”.

En este contexto, para la población latina del estado la aprobación de los resultados del trazado distrital de este año tiene particular importancia, pues los datos del Censo 2020, con los que se dibujan los mapas, arrojaron que buena parte de su crecimiento poblacional se debe a la comunidad de origen hispano.

De hecho, según revelan estas cifras, en Carolina del Norte la comunidad hispana ha sostenido un franco crecimiento durante las tres últimas décadas, y al menos 10% de los habitantes, se identifican como hispanos. Es vital la participación de las comunidades latinas en todas las etapas de este proceso, que van desde contarse en el censo y participar activamente en las audiencias donde se debaten los mapas, hasta apoyar impugnaciones por trazados injustos y, por supuesto, salir a votar masivamente.

En este sentido, Frederick Vélez, Director Nacional de Participación Cívica de la organización Federación Hispana, advirtió que luego de esta oportunidad la comunidad latina no podrá involucrarse en el trazado distrital sino hasta el 2029, cuando el censo comience a recabar nuevamente datos poblacionales.

Asimismo, destacó la necesidad de informar a la comunidad que no contarse en el censo tiene consecuencias, “una de ellas es que perdemos la posibilidad de ser representados proporcionalmente”. Los comentarios los ofreció durante un taller virtual convocado este 28 de octubre por las organizaciones sin fines de lucro y no partidistas, El Pueblo y La Federación Hispana

Agregó que, por Ley Federal, todos los estados deben tener al menos un representante al Congreso y cada distrito debe tener al menos 761.769 electores, y que luego de arrojados los datos del censo, Carolina del Norte ganó una silla congresional por los próximos 10 años. Para ilustrar lo expresado arriba citó el caso del estado de Nueva York que perdió una silla porque 89 personas adicionales no se contaron. “Todos estos procesos están atados y por eso es importante participar”, subrayó Vélez.

“Piensen ustedes en los asuntos que deciden a largo plazo, tal vez sea mudarse, comprar una casa, un vehículo, casarse. Esto no se decide porque sí, uno se involucra y a este proceso (la redistribución), que nos afecta por diez años, no le prestamos atención”, puntualizó.

Particularidades de Carolina del Norte 

Sobre el trazado de mapas distritales, Vélez aseguró que no es un proceso estandarizado, dado que hay entidades donde una comisión independiente los dibuja y la legislatura estatal los aprueba y hay otras, como Carolina del Norte, donde todo el proceso es controlado por los legisladores del estado, que “escogen quienes diseñan los mapas, están en la comisión y los aprueban”. Sumado a esto, Carolina del Norte es uno de los dos estados en los que el gobernador no tiene el poder de vetar los mapas, dijo el activista.

También alertó sobre ciertas tácticas usadas por quienes trazan los mapas para afectar la representación como, por ejemplo, el gerrymandering un proceso donde se diseñan injustamente distritos que favorecen a un grupo racial, minoritario o partidista sobre otro, a través de mecanismos como el packing que aglutina a un grupo poblacional lo más posible en un distrito y el cracking que lo divide en varios distritos, minimizando su poder. “¿Si somos 10% de la población de Carolina del Norte, cómo es que ni siquiera tenemos el 2% de los oficiales electos? Es por este tipo de tácticas donde nos eliminan o nos sacan del poder”, dijo Vélez. 

El caso de Carolina del Norte ha sido emblemático en lo que respecta al polémico trazado de los mapas electorales, de hecho, el estado ha visto décadas de disputas sobre el tema. Inclusive, miembros del Partido Demócrata han presentado una serie de proyectos de ley para acabar con la injerencia e intereses políticos de los legisladores estatales en la definición de los distritos electorales de cara a las elecciones de 2022, planteándose incluso la reforma de la Constitución del estado.

Emblemático en este sentido fue el litigio de hace una década en el que los mapas electorales de los republicanos de Carolina del Norte fueron anulados, pues una corte estatal consideró que privaban a los votantes de raza negra de su derecho a la representación política. Usando este litigio como argumento, para el trazado distrital actual la legislatura estatal prometió no usar criterios como la raza o la afiliación política.

Sin embargo, durante su participación en el taller, la activista Angeline Echeverría, gerente de Participación Comunitaria de NC Counts, aseguró que esta promesa de los legisladores republicanos hay que aceptarla con cuidado. “Ellos dicen que no van a considerar la raza porque la corte no los deja y dirá que los mapas son ilegales. Para mí esto es una manipulación de lo que ha dicho la corte, lo que ésta ha dicho es que no se puede basar la redistribución de un distrito solamente en el criterio de raza, para evitar la discriminación de las minorías”.

En este sentido, recordó la obligación de los legisladores de cumplir con la emblemática Ley de Derecho al Voto -promulgada en 1965 durante el auge de la lucha por los derechos civiles- que prohíbe la discriminación racial en las elecciones,  protege el derecho al voto de las minorías en todo el país y que ha sido enmendada cinco veces por el Congreso para  ampliar su alcance.

“Si no se toma la historia de racismo, discriminación, obstáculos y violencia en contra de las minorías que han tratado de ejercer el derecho al voto, lo más probable es que se seguirá con la historia de discriminación; se seguirán creando distritos que no favorecen a las comunidades minoritarias”, concluyó.

Participación con el voto 

Otro aspecto también destacado fue el riesgo que se corre en el panorama actual de Carolina del Norte si la comunidad latina no hace sentir su voz durante todo el proceso de redistribución distrital, y particularmente con el voto, para proteger a los representantes latinos ya electos de los mecanismos de gerrymandering

En este sentido, otra de las participantes en el taller, Ileana Santillán, directora de El Pueblo, subrayó la importancia del voto y llamó a los latinos a registrarse en Votemos NC, una página específicamente dirigida a la comunidad hispana con información sobre redistribución distrital y donde se puede realizar el registro electoral. 

“Esperamos que con el voto y la movilización de nuestra gente, en algún momento podamos elegir a personas que de veras nos representen y busquen nuestros mejores intereses para evitar que, en lugar de que nosotros elijamos a los candidatos electos, ellos elijan quien vota por ellos”, acotó.

Por su parte, el periodista y analista Rafael Prieto citó el ejemplo del condado de Mecklenburg en el que a las elecciones intermedias asisten 1.500 de 35 mil votantes inscritos. “Tenemos que hacer conciencia de la necesidad de votar. Es importante el reto en las cortes, pero es más importante que nuestra comunidad actúe por sí misma. Mientras mantengamos en cada una de nuestras comunidades un porcentaje mínimo de votación, no vamos a llegar a ninguna parte”, enfatizó. 

Observación en todos los niveles 

Echeverría instó a la comunidad hispana a permanecer atenta, dado que la redistribución se hace en casi todos los niveles del gobierno, municipios, condados, juntas escolares, legislatura estatal y Congreso de Estados Unidos.

En este sentido, destacó que un trazado distrital injusto pudiera afectar aspectos cotidianos como, por ejemplo, el proyecto de ley que actualmente se encuentra en el Comité de Reglas y Operaciones del Senado, para que en Carolina del Norte personas sin estatus legal puedan estudiar en la universidad o colegios comunitarios pagando como residentes.

De hecho, Echeverría relató que en una primera versión del mapa distrital del senado, los legisladores de Carolina del Norte distribuyeron a la población del distrito que representa el senador demócrata Mujtaba A. Mohammed de tal manera que el representante, uno de los patrocinadores del proyecto mencionado arriba, quedaría compitiendo electoralmente con un homólogo de su mismo partido, diluyendo así el poder de los votantes y su posibilidad de resultar electo. Para la activista, estos son los “trucos” que se realizan con el trazado distrital y a los que las comunidades deben estar atentas.

Cómo participar

En un informe sobre redistribución de distritos publicado por las organizaciones de protección a la población migrante, LDF, Maldef y Advancing Justice, se destacan algunos pasos a seguir por miembros de la comunidad interesados en participar, según sea su grado de compromiso o disponibilidad de recursos.

Las acciones a contemplar por quienes deseen involucrarse van desde, tomar  en cuenta los diferentes tipos de redistribución distrital en curso y decidir en qué niveles participar (congresional, estatal, en el condado, la ciudad, la junta escolar y otras), hasta investigar el cronograma de las audiencias de testimonio público sobre trazado de distritos y los plazos potenciales para presentar un mapa, así como discutir los planes de redistribución con la comunidad y advertir a los medios y organizaciones de derechos humanos sobre el trazado injusto de mapas.

Finalmente, Frederick Vélez, llamó a tomar conciencia de que aunque tal vez en este ciclo la comunidad no pueda estar tan involucrada, es necesaria una campaña de educación para que en los próximos 10 años esté preparada. “Nosotros sí tenemos poder, podemos dirigirnos oficialmente a los funcionarios electos, crear peticiones, abogar ante ellos, decirles cuáles son nuestros mapas”, concluyó.

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