sábado, 4 𝗱𝗲 mayo, 2024
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Acceso a la salud y educación pública son algunas de las prioridades de Steve Luking en su carrera al Senado de Carolina del Norte

Luking 4 NC
Foto- Luking 4 NC

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Leah Carlson- Steve Luking, médico de familia jubilado, pasó los últimos 35 años viviendo y ejerciendo en dos comunidades rurales de Carolina del Norte y aunque, tal como él mismo ha declarado, nunca imaginó entrar en política, las circunstancias de la última década no le dejaron otra opción. El 5 de noviembre se presenta a las elecciones al Senado del Estado de Carolina del Norte para representar al Distrito 26.

Su oponente es el titular, Phil Berger, a quien no perdona su postura de rechazo a la ampliación de Medicaid para sus pacientes trabajadores de escasos recursos. Luking vio pacientes morir prematuramente durante años por no tener acceso a este programa de cobertura de salud gratuito. También reclama que, de 2002 a 2020, Carolina del Norte haya sido el único estado que vio una disminución real de la inversión en estudiantes de instituciones educativas públicas.

Greensboro Latino conversó con el Dr. Luking sobre estos temas, los desafíos que enfrenta la comunidad latina y los asuntos prioritarios a atender de resultar electo.

¿Puede hablarnos de usted, de su carrera y de las cosas que aprecia?

Primero que nada soy un hombre de familia y después un médico familiar. Ambos roles me han proporcionado una vida muy plena y siguen motivándome. Mi padre creció como agricultor; mi madre, como aparcera o arrendataria. Fui el primero de mi familia en ir a la universidad y cargué camiones todas las noches durante cuatro años para pagarme los estudios. Mi esposa es maestra jubilada y mi hija es actualmente maestra, hace poco tuvo a nuestro primer nieto. Nuestro hijo es pescador profesional en Alaska; le habré llevado a pescar unas mil veces de niño, y ahora es el trabajo de su vida, y su alegría.

Pasé 11 años estudiando y otros 35 ejerciendo como médico de familia, principalmente en Reidsville. Trabajábamos día y noche para nuestros pacientes. Fue un honor para mí atender los diversos problemas de salud de generaciones de familias. No se me ocurre ningún otro trabajo que me hubiera dado tanta satisfacción.

Cuidar de la familia, cuidar de mis pacientes, hacer de mi comunidad un lugar mejor para vivir han sido mis prioridades.

¿Por qué se presenta a las elecciones? ¿Qué le motiva?

Entendí hace tiempo que como médico de familia rural puedo trabajar duro para atender a mis pacientes, pero si el gobierno menoscaba la salud, la educación y la prosperidad de mi comunidad, mis esfuerzos se ven mermados. Las recientes decisiones del gobierno estatal, muchas de ellas impulsadas por mi oponente, han perjudicado a las personas de clase trabajadora. Mi oponente trabaja con demasiada frecuencia para complacer a los ciudadanos adinerados y a las corporaciones a expensas de los servicios para las personas comunes y corrientes, y creo que eso está mal.

Usted ha afirmado que el actual senador Phil Berger tiene una “postura imperdonable de rechazo a la ampliación de Medicaid”. ¿Qué quiere decir con esto?

El senador Phil Berger, como el Senador estatal políticamente más poderoso, luchó durante una década contra la ampliación de Medicaid para mis pacientes trabajadores de escasos recursos (y medio millón de otros habitantes de Carolina del Norte, la mayoría de los cuales eran mujeres.) Durante este tiempo, se demostró científicamente que miles de estas personas fallecieron prematuramente por falta de seguro médico, y perdimos numerosos hospitales rurales que cayeron en bancarrota porque el estado no ampliaba Medicaid.

Finalmente ampliaron Medicaid, pero algunos pacientes sufrieron daños terribles e innecesarios, incluidos algunos de mis propios pacientes que murieron innecesariamente. Como su razonamiento era puramente político, no se lo perdonaré. ¿Sabía usted que cuando una comunidad rural pierde su hospital comunitario, la tasa de mortalidad local sube un 5% de forma permanente?

Desde su punto de vista, ¿cuál sería la situación ideal de la atención de salud en Carolina del Norte?

Puede que no viva para verlo, pero creo sinceramente que algún día nuestro país y, por lo tanto, nuestro estado formarán parte de todos los demás países industrializados del mundo que ofrecen algún nivel de cobertura médica garantizada a todos sus habitantes. También me gustaría ver un sistema de salud en el que los médicos, los hospitales y las compañías farmacéuticas obtengan unos ingresos o beneficios aceptables por sus esfuerzos, pero no se aprovechen de los pacientes cobrando de más o con ganancias excesivas.

También ha mencionado una “ideología extrema dañina que perjudica la calidad y la accesibilidad de la educación pública”. ¿Puede compartir su opinión al respecto?

Una educación pública de calidad es una de las cosas más importantes que podemos hacer por la próxima generación, y está garantizada en nuestra Constitución estatal. Cuando llegué a este estado en 1989, Carolina del Norte valoraba la educación pública, y en 1991 ocupaba el puesto 28 del país en cuanto a financiación de escuelas públicas por alumno. ¡Ahora estamos en el puesto 48!

Mi oponente prefiere jactarse de reducir los impuestos a las corporaciones a los más bajos del país antes que financiar adecuadamente las escuelas públicas. Él preferiría recortar los impuestos a los ciudadanos más ricos que liberar más fondos para construir nuevas escuelas. Prefiere presumir de dar vouchers de varios miles de dólares a las personas más ricas del estado para que envíen a sus hijos a las escuelas privadas más lujosas, que pagarle a un profesor de escuela pública un salario decente que le permita continuar trabajando para nuestros escolares.

Usted ha dicho que no confía en que la actual legislatura “tome objetiva y científicamente buenas decisiones en nombre de las mujeres”. ¿Por qué?

Sé que el derecho a abortar es un tema delicado, y la gente tiene todo el derecho a tomar sus propias decisiones éticas de acuerdo a su postura sobre el asunto. Pero puedo decirles, como médico, que hay ocasiones en las que el aborto es un paso necesario para que una mujer elija una atención sanitaria adecuada.

Trabajé en obstetricia al principio de mi carrera y recuerdo numerosos casos (una paciente mía de doce años que fue maltratada y embarazada por un tío, otra de mis pacientes que se enfrentó a una hemorragia potencialmente mortal cuando su embarazo se complicó, una estudiante universitaria violada por un jefe) en los que la familia tomó justificadamente la decisión de abortar.

En la legislatura estatal hay quienes, si se salen con la suya, harían ilegales todos los abortos, incluso en caso de violación. De hecho, el candidato republicano a gobernador Mark Robinson así lo manifestó el año pasado. Mi oponente ha apoyado a este candidato y ya ha demostrado su voluntad de perjudicar a las pacientes mujeres al negarse a ampliar Medicaid durante una década. Por lo tanto, no confío en ellos.

La “integridad en el gobierno” es una de las cuestiones que considera importantes para cualquier persona que ocupe un cargo. ¿Podría explicarlo con más detalle?

En palabras sencillas, hay demasiado dinero en la política estatal. Mi oponente Phil Berger ha tomado algunas decisiones muy importantes que parecían ir en contra de los intereses de sus electores, y a menudo parece que las donaciones de campaña influyen en su proceso de decisión. Él afirma lo contrario. Yo digo: demuéstrelo. Insista en que no se permita a ninguna empresa o persona que tenga asuntos pendientes o previstos ante la Asamblea General donar dinero a los legisladores que vayan a votar sobre esa propuesta de negocios. Y los legisladores deberían rechazar cualquier donación de ese tipo, ya sea directamente a la campaña o a los Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) que hacen lobby para obtener determinados favores.

En su opinión, ¿cuáles son los retos a los que se enfrenta la comunidad inmigrante en general y la comunidad latina en particular en Carolina del Norte?

Espero, en un futuro próximo, sentarme con miembros de la comunidad latina, para escuchar sus respuestas a esta pregunta. Dicho esto, he tenido numerosos inmigrantes en mi consulta, tanto de países hispanos como de otros lugares. Sí creo que los retos especiales de la Reforma de Inmigración y el estatus legal pesan mucho en la población latina. Por ejemplo, una vez la familia de un paciente sufrió un robo en su casa, pero no lo denunció al sheriff local por miedo a la deportación. Fue triste escuchar de la misma familia que no salían tanto a la calle por este motivo y que nunca se habían integrado completamente a su comunidad por miedo. Después de eso, creo que todas las demás cuestiones que afectan a todos los miembros de nuestra gran comunidad -el deseo de buenas escuelas para sus hijos, una asistencia sanitaria asequible y de buena calidad cerca de casa, empleos bien remunerados con protección para los trabajadores, líderes políticos que sean honestos, etc.- son importantes.

Siempre he sentido una profunda admiración por las fuertes conexiones y el apoyo familiar, y la muy sólida ética de trabajo, que he visto en la mayoría de las familias latinas a las que he atendido. Estas dos cualidades parecen ayudarles a afrontar de manera un poco más fácil los tiempos difíciles.

¿Cuál es su postura respecto a la Reforma Migratoria?

En primer lugar, creo que las últimas disposiciones del programa DACA o Dreamers deberían ser aprobadas por los tribunales. Por supuesto, hay muchos trabajadores sin estatus legal que no se beneficiarán de esto. Debería considerarse alguna vía hacia el estatus legal para quienes han vivido aquí durante mucho tiempo y se han comportado como buenos ciudadanos.

En segundo lugar, por supuesto que tenemos que tener fronteras seguras, pero podemos hacerlo sin demonizar a quienes deseen venir a nuestro país. Por ejemplo, los nuevos inmigrantes en EE.UU. cometen delitos en menor proporción que los ciudadanos con una larga estancia en el país. Así que dejémonos de estereotipos injustos. Al fin y al cabo, somos una nación de inmigrantes. Los nuevos inmigrantes traen a un país nuevas ideas, vitalidad y gente dispuesta, capaz de trabajar y contribuir a nuestra sociedad. Una sociedad cerrada a los nuevos inmigrantes acabará marchitándose. Tenemos que desarrollar un sistema que permita una inmigración continua, robusta y legal.

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