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Alexis Quintar- El panorama laboral estadounidense se encuentra en un gran momento, ya que está en pleno crecimiento, desafiando al repunte inflacionario que atraviesa el país. Varios economistas y expertos en el tema remarcan que la ola de inmigrantes que llegó a los Estados Unidos después de la pandemia por COVID está jugando un papel esencial en este equilibrio. Según el economista jefe de Goldman Sachs para Estados Unidos, David Mericle, la mano de obra inmigrante ha permitido a los empleadores cubrir deferentes puestos de trabajo, lo que estabilizó los salarios por lo tanto ha mantenido controlada la inflación.
Por su parte, la Brookings Institution respalda esta postura, subrayando que el crecimiento de la población y la fuerza laboral genera un mayor crecimiento del empleo, por lo que no ejerce presión en la inflación. “El crecimiento más rápido de la población y de la fuerza laboral ha significado que el empleo podría crecer más rápidamente de lo que se creía anteriormente sin aumentar las presiones inflacionarias”, expresaron desde el centro de investigación Brookings. Gracias al incremento de la inmigración, las empresas pueden aprovechar una mayor cantidad de trabajadores, los cuales compensan la demanda de bienes y servicios sin la necesidad de aumentar drásticamente los salarios. En este contexto, la execonomista de la Reserva Federal y actual directora del Proyecto Hamilton de la Brookings Institution, Wendy Edelberg, aseguró que habrá cifras récord de empleo a lo largo de todo el 2024.
Se espera que la fuerza laboral aumente en 5.2 millones para los próximos años, impulso generado en gran parte por un aumento en la inmigración neta. Según un reporte publicado por Immigration Research Initiative (IRI) los inmigrantes recién llegados obtienen un salario promedio de aproximadamente 22.000 dólares al año, lo que resulta en una contribución fiscal local de casi 2.5 millones de dólares por cada grupo de 1.000 trabajadores.
Quien se refirió a este tema fue Anthony Capote, investigador de IRI, el cual señaló: “Los inmigrantes no solo se integran a la economía, sino que ayudan a otros a que hagan lo mismo. Si bien la llegada masiva de inmigrantes puede ejercer presión sobre el sistema social, a largo plazo contribuyen significativamente al crecimiento económico”. Sin duda, los inmigrantes son una parte esencial de la economía estadounidense, ayudando al crecimiento económico y complementando a la fuerza laboral. Los datos demuestran de manera contundente que la inmigración está fortaleciendo el mercado laboral de Estados Unidos.
Este suceso se viene dando desde 2023, donde la producción de empleo superó las expectativas, puesto que los aumentos salariales se mantuvieron moderados sin afectar la inflación. Según aseveró el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el aumento en la afluencia de inmigrantes, tanto legales como aquellos que entran ilegalmente a Estados Unidos, está vinculado a una expansión económica que vienen en alza desde el año pasado. Powell y otros analistas sostienen que la inmigración está desempeñando un papel decisivo en la expansión del mercado laboral sin avivar presiones inflacionarias. La capacidad de la nueva mano de obra para ocupar puestos menos remunerados está ejerciendo un efecto estabilizador en las medidas salariales globales. Este crecimiento ha contribuido a calmar las tensiones en el mercado laboral, proporcionando mano de obra adicional que está siendo absorbida por la economía estadounidense.
Cabe indicar que los inmigrantes que ocupan mayormente puestos de trabajo menos remunerados, han incrementado la oferta laboral de manera significativa, manteniendo estable los sueldos. A pesar de estos beneficios en el ámbito económico, la inmigración sigue siendo un tema polarizante en la política norteamericana, con opiniones de todo tipo en el momento de tratar la problemática migratoria. El debate sobre la inmigración continuará siendo tema complejo, aunque la llegada de mano de obra extrajera está generando impactos positivos en la economía de EE. UU. Contrariamente a los temores infundados, la inmigración no está perjudicando a los trabajadores nacidos en el país, sino que está generando oportunidades y contribuyendo positivamente al crecimiento monetario del país. Este nuevo fenómeno revela un nuevo paradigma en la economía laboral estadounidense, donde la diversidad demográfica está demostrando ser un factor clave para mantener la inflación estable.
La inmigración y el mercado laboral en Estados Unidos
En los últimos años, la migración y el asilo en la frontera sur de Estados Unidos han generado un gran debate político y social. La composición cambiante de la mano de obra en Estados Unidos debido a la migración se refleja en un aumento de individuos provenientes de comunidades más pobres en Latinoamérica. Muchos de estos nuevos inmigrantes no tienen autorización legal para trabajar, lo que los orienta hacia empleos de baja remuneración. Esta situación, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, podría ejercer una presión descendente modesta sobre los salarios promedio en el futuro cercano.
El debate sobre la migración y el mercado laboral es complejo. Si bien es cierto que la llegada de nuevos trabajadores puede afectar ciertos sectores, también es importante reconocer la contribución económica de los migrantes en la sociedad estadounidense. Muchos de estos trabajadores desempeñan roles relevantes en industrias clave como la agricultura, la construcción y el cuidado de la salud, donde la demanda de mano de obra es alta. Por esta razón, es fundamental abordar este tema desde una perspectiva que considere tanto las preocupaciones legítimas sobre el mercado laboral.
