jueves, 2 𝗱𝗲 mayo, 2024
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En medio de una grave crisis en las áreas rurales, al gobierno colombiano se le presenta una gran oportunidad para implementar una nueva política antidrogas

Foto: Archivo

Alexis Quintar- El mercado de la coca en Colombia se encuentra en medio de un colapso histórico que ha generado una aguda crisis humanitaria en las áreas rurales del país. La abrupta y prolongada caída de los precios de la coca ha dejado a miles de familias que dependen de su cultivo en una situación precaria. A pesar de que la crisis se prevé temporal, las causas de este fenómeno son múltiples y complejas. A partir del primer semestre de 2022, los compradores de hojas de coca y pasta de coca dejaron de llegar a la región del Catatumbo, en el noreste de Colombia, y esta tendencia se ha mantenido a lo largo de 2023. En diversas regiones del país, los precios de la coca han disminuido significativamente. Por ejemplo, en Nariño, en el suroeste del país, el precio de una arroba de cinco libras de hojas de coca cayó de unos 20 dólares a unos 7 dólares. Un kilogramo de pasta base de coca que se vendía entre 450 y 600 dólares descendió a quizás 375 dólares.

Un estudio que realizó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) más de 200.000 hogares en Colombia, principalmente en áreas rurales con altas tasas de pobreza, se dedican al cultivo de coca. La caída de los precios ha generado una crisis humanitaria, con familias que literalmente pasan hambre y se ven obligadas a enterrar su producto o intercambiarlo por alimentos. La desesperación es tal que algunos agricultores han aceptado empleos mal remunerados en minas de carbón ilegales y plantaciones de palma aceitera. No hay duda que la caída de los precios de la coca en Colombia ha sido inusual y prolongada, y se atribuye a una serie de factores complejos:

  1. Sobreproducción: Entre 2013 y 2020, la cosecha de coca en Colombia se triplicó, debido a la interrupción de la erradicación de coca mediante fumigación con herbicidas. La desmovilización de las FARC en 2017 también alteró los mercados de coca, generando una inflación de precios que atrajo a más agricultores al cultivo. Sin embargo, esta situación llevó a un exceso de oferta y posteriormente a la caída de precios.

  2. Auge del cultivo en otros países: La sobreproducción no es exclusiva de Colombia, ya que países como Perú y Bolivia también han experimentado un aumento en la producción de coca. Además, se han detectado cultivos en países como Venezuela, Ecuador, Honduras, Guatemala y México, lo que aumenta la oferta y ejerce presión a la baja sobre los precios.

  3. Cambios en el mando militar y policial: La destitución de altos mandos militares y policiales por parte del presidente Gustavo Petro en 2022, debido a sospechas de corrupción o abusos de derechos humanos, podría haber afectado la cadena de suministro de cocaína. Esto podría haber alterado los pactos que sostenían el mercado. En este sentido, Francisco de Roux, quien lidera la Comisión de la Verdad de Colombia, indicó: “Los analistas están viendo que la rápida expulsión de personal militar y policial que estaba relacionado con facilitar el flujo de coca fuera del país ha tenido un efecto muy grave en la caída de los precios”.

  4. Derribos de los principales criminales: Arrestos y asesinatos de líderes criminales y grupos armados en 2021 y 2022 también influyeron en la dinámica del mercado de coca. La captura de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel” líder del Clan del Golfo, tuvo un impacto significativo, ya que este líder tenía la autorización para traer compradores y asegurar las rutas de envío. Daniel Parra, de la Fundación Paz y Reconciliación de Colombia, en diálogo con la señal Al Jazeera, comentó: “También pueden estar tratando de castigar a aquellos en la industria de la coca que consideran en parte responsables de la captura de ‘Otoniel’”.

Cambio de roles en la cadena de producción

Según informes de InSight Crime y el investigador Salomón Majbub de la Dirección de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito del gobierno colombiano, algunos traficantes que solían comprar coca a los agricultores ahora están asumiendo la responsabilidad de todo el proceso de producción. Esto incluye el cultivo de la coca, la producción de pasta de coca y, posiblemente, la manufactura de cocaína. El objetivo de esta transición es mejorar la calidad del producto y reducir costos al eliminar a los agricultores tradicionales de la ecuación. Esta nueva dinámica tiene un impacto devastador en los agricultores rurales que dependen del cultivo de coca como su principal fuente de ingresos. A medida que los traficantes se hacen cargo de la producción, los agricultores son nuevamente relegados y enfrentan dificultades económicas aún mayores.

La creación de “territorios” de producción

En la publicación que hizo la ONUDD en octubre de 2022 informó que hay una nueva tendencia en la cadena de producción de coca en Colombia. Este informe reveló que se formaron alrededor de 14 pequeños “enclaves” geográficos, principalmente en zonas fronterizas y costeras, donde los traficantes han combinado todas las etapas del proceso: el cultivo, la producción de pasta de coca y los puntos de transbordo.

Estos terrenos eliminan la necesidad de utilizar químicos y comprar hojas de coca y pasta de coca a los agricultores en áreas más remotas. En estos sitios, los traficantes pueden ejercer un control más eficiente sobre la calidad y la cantidad de cocaína producida, evitando intermediarios, por lo que también reducen costos. Por esta razón, se agrava aún más la situación de los agricultores tradicionales que se encuentran fuera de estos nuevos circuitos.

Oportunidades en medio de la crisis

A pesar de la gravedad del panorama, existe una ventana de oportunidad para abordar los problemas estructurales que han contribuido a la caída de los precios de la coca. El gobierno colombiano, junto con socios y donantes internacionales, debería aprovechar esta oportunidad antes de que se cierre. El gobierno de Petro ha expresado su compromiso con la implementación de políticas rurales y programas de sustitución de cultivos, por lo que se han lanzado planes para aliviar el hambre y proporcionar ayuda humanitaria a las familias afectadas. A largo plazo, se espera que se implemente una nueva política de drogas que incluirá programas de sustitución de cultivos y enfoques de desarrollo alternativo.

No obstante, es crucial que el gobierno actúe con rapidez y eficacia para implementar estas políticas. La comunidad internacional, y especialmente Estados Unidos, debe estar preparada para apoyar tanto las respuestas humanitarias a corto plazo como las iniciativas de presencia estatal en el futuro. El bajo precio de la coca representa una oportunidad para abordar la pobreza en las zonas rurales y construir una presencia efectiva del gobierno en áreas que han estado históricamente marginadas. Estos datos evidencian que la crisis de los mercados de coca en Colombia es un desafío complejo, pero también una posibilidad para abordar problemas que vienen arrastrando hace muchos años y mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales afectadas. El gobierno colombiano y la comunidad internacional deben actuar de manera decisiva para aprovechar esta delicada situación y brindar soluciones lo antes posible.

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