viernes, 17 𝗱𝗲 mayo, 2024
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“La mafia va donde hay dinero”: El gobierno de Brasil pierde el control de la Amazonia, la cual está en manos del crimen organizado

Foto: Archivo

Alexis Quintar- La Amazonía brasileña es una región conocida por su vasta biodiversidad y su importancia para el equilibrio ecológico del planeta. Sin embargo, también es una región que ha enfrentado numerosos desafíos y amenazas, incluida la actividad criminal, incluyendo la existencia de mafias y actividades ilegales. Una de las principales preocupaciones en la Amazonía brasileña es la deforestación ilegal, impulsada principalmente por actividades como la tala indiscriminada de árboles y la expansión de la agricultura y la ganadería en áreas protegidas. Estas prácticas a menudo están asociadas con la existencia de redes criminales organizadas que buscan obtener beneficios económicos a través de actividades ilegales. La tala indebida de árboles a menudo está vinculada a la producción y el comercio ilegal de madera, donde las mafias se aprovechan de la falta de control y vigilancia en áreas remotas de la Amazonía brasileña, en donde solo algunas tribus de indígenas habitan la indómita zona.

También se ha informado sobre la existencia de mafias dedicadas a la minería ilegal en la región, especialmente en áreas ricas en minerales como el oro. Estas actividades tienen un impacto devastador en el ecosistema amazónico, así como en las comunidades indígenas y locales que dependen de los recursos naturales de la región. Como si esto fuera poco, también se han reportado actividades relacionadas con el tráfico de drogas y la explotación laboral, incluida la trata de personas. Estas actividades criminales se aprovechan de la vastedad y la falta de infraestructura en algunas áreas de la región para llevar a cabo sus operaciones ilegales.

El crimen organizado en la gran selva tropical, que abarca gran parte del noroeste de Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana y Surinam, avanza a pasos agigantados y así lo advirtió el exjefe de la policía federal y autor del libro “Selva: madereros, mineros y corrupción en una Amazonía sin ley” (Jungle: Loggers, Miners and Corruption in a Lawless Amazon), Alexandre Saraiva, quien trabajó en tres estados amazónicos, Amazonas, Maranhão y Roraima del 2011 al 2021. En diálogo con The Guardian, Saraiva manifestó: “Viví cómo el Estado perdió el control de la seguridad pública en Río de Janeiro. Y en la Amazonía hoy, si no se hace nada en materia de seguridad pública, estamos frente a un Río de Janeiro del tamaño de un continente, con las agravantes de fronteras con grandes productores de drogas y un escenario selvático extraordinariamente difícil”.

Uno de los detalles que contó Saraiva es que la mafia que controla la selva está muy bien organizada, tanto es así que los comparó con las facciones paramilitares de Colombia. “Tendremos insurgentes criminales cuya única ideología es el dinero. Tendremos zonas de guerra, de gran conflicto entre grupos que se pelean por zonas de extracción ilegal de oro y madera. En medio de esto, tendremos víctimas indígenas. Y enfrentaremos inmensas dificultades logísticas para combatir esto. El crimen organizado se está diversificando hacia otras actividades ilegales que la sociedad brasileña tiende a ver como delitos menores. La mafia va donde hay dinero. No importa si se trata de delitos ambientales, contrabando de personas o cocaína”, señaló el exjefe de policía. Igualmente, el escritor brasilero añadió: “Y lo que ven allí (en la Amazonía) es oro y madera que se vende a un precio muy alto. Es obvio que no les tomaría mucho tiempo involucrarse en esto”. Al mismo tiempo, Saraiva sumó: “Mientras tanto, tenemos una insurgencia criminal interna que está corroyendo a la nación brasileña desde adentro, y está sucediendo mucho más rápido de lo que imaginamos”.

El investigador del Programa de Maestría Sociedad y Fronteras y del Foro Brasileño sobre Seguridad Pública (FBSP), Rodrigo Chagas, estudió la expansión de las bandas de narcotraficantes y coincidió con Saraiva en la posible “colombianización” de la selva del país carioca. “Es posible que el Amazonas sufra graves consecuencias. Es un escenario que me preocupa, porque las respuestas de seguridad pública que solemos ver son respuestas al estilo de la ‘guerra contra las drogas’, una guerra que es totalmente perjudicial para las poblaciones locales”, expresó Chagas.

Hay que mencionar que las dos facciones criminales más grandes de Brasil son el PCC (Primer Comando Capital) de São Paulo y el CV (Comando Vermelho) de Río de Janeiro, las cuales se expandieron en los nueve estados amazónicos. En un informe que publicó el FBSP en el 2022 reveló que la Amazonía contenía 10 de las 30 jurisdicciones más violentas de Brasil. El canal de televisión Globoplay grabó imágenes aéreas en donde descubrieron un supuesto laboratorio de cocaína y varias granjas de plantaciones de coca. El líder indígena Beto Marubo fue muy claro en sus declaraciones y aseguró que el gobierno tiene que ocuparse de este asunto de manera urgente. “Si el Estado brasileño no interviene de manera urgente y firme, vamos a tener regiones enteras dirigidas por narcotraficantes”, señaló Marubo. Por su parte, el presidente del Foro de Seguridad Pública, Renato Sergio de Lima, se refirió al peligro que sería no poder controlar a estas mafias. “El temor de los militares es perder el control de la Amazonía. Si esto sucede, se convertirá casi en una profecía autocumplida. Efectivamente, perderemos soberanía sobre la región y la región se consolidará como la principal ruta de contrabando del narcotráfico en Brasil y hacia Europa”, sostuvo Lima.

Es importante destacar que el gobierno brasileño ha tomado medidas para abordar estas problemáticas, como el fortalecimiento de la vigilancia y la aplicación de la ley, así como la implementación de políticas para proteger y preservar la Amazonía. Sin embargo, debido a la complejidad y extensión de la región, así como a la corrupción y la falta de recursos, combatir eficazmente las actividades criminales en el lugar sigue siendo un desafío. En resumen, la selva al noroeste de Brasil enfrenta la presencia de mafias y actividades ilegales, especialmente relacionadas con la deforestación, la minería ilegal y el tráfico de drogas. Estas actividades tienen un impacto negativo en el medio ambiente y en las comunidades locales. El gobierno brasileño ha tomado medidas para abordar estos problemas, pero sigue habiendo desafíos significativos en la protección y preservación de la Amazonía.

Se cumple el primer aniversario de los asesinatos de Dom Phillips y Bruno Pereira

El 5 de junio del 2022, el periodista británico Dom Phillips y el experto indígena brasileño Bruno Pereira desaparecieron mientras viajaban al Valle del Javari, una de las zonas indígena más grande de Brasil. El 17 de junio de 2022, la Policía Federal encontró restos humanos y un estudio forense confirmó que los cuerpos hallados eran de Phillips y Pereira, un episodio que evidenció el creciente alcance de los grupos del crimen organizado en la Amazonía. En el informe que publicó el Ministerio Público Federal describieron: “Bruno fue asesinado con tres tiros, uno de ellos por la espalda, sin ninguna posibilidad de defensa, lo que también califica el crimen. Dom fue asesinado simplemente por estar con Bruno, para así asegurar la impunidad del crimen anterior”.

Andrew Downie, amigo y colega de Phillips en un reportaje que le concedió a la BBC, manifestó: “A diferencia de muchos periodistas, Dom no tenía opiniones acerca de todo, por lo menos no en voz alta. Siempre parecía estar más calmado que todo el mundo”. Además, el periodista añadió: “Se enamoró de Brasil y cuando terminó el libro, se quedó. Brasil era su lienzo en blanco, como lo había sido para muchos inmigrantes que lo antecedieron, y Dom estaba listo para comenzar a pintar una nueva vida”. Un amigo de Pereira, que prefirió no dar su nombre, en una nota con The Guardian indicó que el órgano del Gobierno brasileño que establece y desarrolla las políticas relacionadas con los pueblos indígenas (FUNAI) no le gusta que llamen héroes a Phillips y Pereira. “No hay manera de coincidir con esa modestia. Estas personas son héroes y Bruno es uno de ellos. Su valentía vive en cada persona que ha acompañado su caso desde su desaparición. Está en todo brasilero que pida justicia”, aseguró el amigo del ferviente defensor de las causas de los pueblos originarios.

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