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Francisco Machalskys- El alto número de residentes de Carolina del Norte que se vieron y siguen viéndose afectados en el pago de sus viviendas -ya sea alquiler o hipoteca- por efecto de la debacle económica causada por el Covid-19 pueden permanecer tranquilos, toda vez que el programa de ayuda destinado para tal fin continúa vigente.
El anuncio llega como bálsamo de alivio a la luz de las últimas declaraciones del ejecutivo nacional, vislumbrando un inminente corte de gran parte de los programas impulsados para refrenar los efectos devastadores del Covid-19 en materia financiera. La fecha, pronunciada por el propio presidente Biden, corresponde al venidero mes de septiembre.
Y precisamente entre los puntos de próxima cancelación correspondientes a este conjunto de ayudas gubernamentales, destaca de manera preocupante la tocante a la decretada moratoria de desahucio por retrasos en el pago de compromisos relacionados con el área habitacional, cuya fecha tope varía entre el 31 de julio y el 31 de agosto según el estado.
Sin embargo, el revuelo que naturalmente viene causando este anuncio, paradójicamente coincide con la reactivación del programa NC HOPE -o Housing Opportunities and Prevention of Evictions, por sus siglas en inglés- que cuenta con un aval financiero de 800 millones de dólares a ser canalizados en alivios monetarios para personas con una o varias cuentas de alquiler o hipotecas vencidas.
“Mi primera sugerencia es que quien esté en riesgo de ser desalojado por haber dejado de pagar las cuentas de renta o hipoteca, busque ayuda financiera de inmediato”, recomienda la abogada Kate Woomer-Deters, del Centro de Justicia de Carolina del Norte, aludiendo a la vigencia del programa NC HOPE, agregando además que los condados más grandes del estado, como Mecklenburg, Wake, Guilford o Forsyth, continúan ofreciendo programas locales de ayuda.
Para tener acceso a este programa de incentivo financiero orientado al área habitacional, que impulsa la Oficina de Recuperación y Resiliencia de Carolina del Norte (NCORR), solo hace falta pertenecer a cualquiera de los 88 condados donde el programa HOPE está activo; demostrar retraso en una o muchas facturas de renta o hipoteca desde abril 2020; demostrar pérdida de ingresos o haber sufrido desempleo a causa de la pandemia del Covid-19 y, finalmente, presentar un ingreso familiar igual o menor del 50% al ingreso promedio del condado que habita.
Acorde a la información publicada por el portal que ofrece este programa, los pagos derivados de esta ayuda serán canalizados al arrendador a nombre de la persona solicitante, incluyendo pagos vencidos y por vencerse hasta por seis meses. De igual modo se atenderán compromisos vencidos de servicios domésticos como electricidad, agua y gas, entre otros.
“Esta ayuda financiera está disponible para cualquier persona, no importa su estatus migratorio. Tampoco tiene que tener un número (de la seguridad) social. Es para todos”, recalcó Woomer- Deters.
De tal suerte, organizaciones sin fines de lucro como FaithAction International House proporciona orientación y ayuda a habitantes de Greensboro y condados circunvecinos.
“Sabemos que muchos inquilinos están en crisis debido a la pandemia. Lo que esperamos hacer es ayudar a las personas a recuperarse y liberarlas de las deudas que han acumulado durante el último año y devolverlas a un nuevo punto de partida”, concluyó Laura Hogshead, directora de operaciones de NCORR.
