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Museo de los Niños de Greensboro: Un espacio para imaginar y aprender jugando

Foto: Greensboro Children’s Museum

Leah Carlson- Es bien conocido que el juego es una herramienta de aprendizaje innata en los niños, pues implica la interacción constante con el entorno, otros niños y los adultos. Esta idea es uno de los motores que impulsa las actividades y exhibiciones del Museo de los Niños de Greensboro (GCM, por sus siglas en inglés) que este 2022 llega a sus 23 años.

La misión de esta emblemática institución, ubicada en el condado de Guilford, es involucrar a todos los niños y sus familias en divertidas experiencias prácticas de aprendizaje que contribuyan a su crecimiento y desarrollo a través del juego, la creación, la exploración al aire libre y las experiencias STEM, un tipo de educación que integra las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. 

Todo comenzó con el sueño del filántropo Jerry Hyman, quien inspirado en sus visitas a museos de los niños de todo Estados Unidos tuvo la visión de un espacio para los más pequeños de Greensboro. Hoy en día el museo atiende a unos 125.000 visitantes al año. 

Hyman compartió su visión con líderes y lideresas de la comunidad, como el exalcalde Jim Melvin y Cynthia Doyle, leyenda local en el área de servicio ciudadano y voluntariado, quien a su vez contactó a exalumnos del Programa de Liderazgo de Greensboro. Este grupo fungió como Comité Directivo y posteriormente lanzó una campaña de captación de capital liderada por Doyle. Tres años después, el 15 de mayo de 1999, el GCM abrió sus puertas en el 220 N. Church Street.

Cerca de 3 millones de personas han visitado el museo desde el inicio de sus actividades. A sus instalaciones, de unos 84.000 pies cuadrados, llegan niños y sus familias de los alrededores de Carolina del Norte central e incluso de estados como Virginia y Carolina del Sur. Más del 20% de los visitantes disfrutan de sus espacios o asisten a alguno de sus programas recibiendo grandes descuentos e incluso sin costo alguno.

Patio Escolar Comestible

Un hito en la historia de este espacio para los más pequeños fue la campaña lanzada para financiar el “Patio Escolar Comestible” que incluyó la visita en septiembre de 2009 de la Chef Alice Waters, activista de la alimentación, para abrir este jardín orgánico, de medio acre de terreno, que con su ecosistema de vegetales, hierbas, frutas, flores árboles y arbustos, aves e insectos constituye una experiencia única para la enseñanza práctica.

Junto a su aula-cocina este espacio natural, inaugurado oficialmente en mayo de 2010, se ha convertido en el destino predilecto de niños, educadores y familias que desean aprender cómo cultivar, cocinar y compartir frescos y deliciosos alimentos. 

Alcanzando Mayores Alturas

Otro acontecimiento digno de destacar en la trayectoria de esta institución es el lanzamiento, en 2015, del proyecto de expansión y captación de capital “Alcanzando Mayores Alturas” (“Reaching Greater Heights”) que recaudó unos $3,5 millones que permitieron la inversión en nuevos espacios para fortalecer la misión del museo. 

La primera fase del proyecto se completó en el verano de 2017, con la puesta en marcha de la “Plaza de Juego al Aire Libre”, en la que los niños exploran, imaginan y crean usando su ingenio para resolver como llegar de un punto A a un punto B sin una ruta predeterminada. El espacio cuenta con dos escaladoras europeas tipo Neptuno de 30 pies de alto con un entramado de cuerdas y escaleras para trepar, conectadas por un túnel tejido suspendido de 25 pies.

La segunda fase, una exhibición interactiva con agua, fue completada en otoño de 2018. Estas “Maravillas de agua” invitan a los más pequeños a aprender y jugar, al tiempo que controlan el líquido.

Finalmente, los fondos permitieron a la institución concretar una nueva identidad con la inauguración del “Espacio para Crecer”, una área tecnológica interactiva que digitaliza el movimiento de los niños para demostrar los ciclos vitales de la naturaleza.

Foto: Greensboro Children’s Museum

Aprender haciendo

Además de estas exhibiciones, en consonancia con la idea de aprender haciendo, el museo cuenta con sus tradicionales espacios para el juego como “El transporte”, una exhibición donde los pequeños pueden imaginar jugando con vehículos de emergencia y camiones de tamaño real y hasta el fuselaje de un avión. 

También en “Calle Principal/Nuestro Pueblo” con oficinas de correo, consultorios odontológicos y médicos, los niños pueden explorar diferentes carreras y experiencias en espacios para el juego como “La bandeja de Pizza”, “El mercado”, “El teatro de nuestro  pueblo”, “El centro médico”, “La zona de construcción” y “El correo”. 

En “Tot Spot”, un área cerrada y segura para niños menores de dos años, los más chiquitos exploran y se divierten con suaves bloques acolchados, una variedad de juguetes para trepar, pelotas de brillantes colores, juguetes para manipular, alfombras y un genial túnel sensorial para gatear.

En “La estación de la imaginación” construyen el lugar que imaginan con bloques azules y se divierten de manera independiente creando diferentes escenarios, juegos y situaciones. 

También en “La pared magnética”, un muro de imanes para experimentar, inventar y  probar teorías, y en “El taller metálico” donde se juega con diversos elementos geométricos, los niños crean y construyen a partir de su imaginación.

Finalmente, en “La estación” la imaginación florece en la locomotora a vapor y su vagón comedor de tamaño infantil donde los pequeños recorren Carolina del Norte y más allá. En este espacio juegan a comprar un pasaje, facturar su equipaje, ponerse un sombrero o bufanda vintage y esperar a que el conductor les indique: “¡Todos a bordo!”.

Un espacio de inclusión 

Otro de los valores que recorre las instalaciones del museo es la idea de que el juego es parte esencial del desarrollo en la niñez independientemente de las diferencias sociales, físicas y culturales, por ello la institución se esfuerza en aplicar los principios de diversidad, inclusión y acceso en todos los aspectos operacionales.

Es así como se festeja la diversidad con eventos que permiten a los niños ver sus experiencias reflejadas en el museo y en la programación. Ejemplo de esto fue la celebración del mes de la Herencia Hispana del pasado año con una gran cantidad de programas prácticos e interactivos que fueron desde la realización de artesanías, hasta “pepitas de historia” sobre el linaje hispano.

Asimismo, el Museo provee mensualmente de kits caseros con libros, juguetes, lecciones y actividades en apoyo al Programa “Prosperar a los Tres” del Centro para los Nuevos Norcarolinos cuyo objetivo es asegurar que los niños latinos inmigrantes de Greensboro tengan una base positiva y sólida desde el nacimiento hasta los tres años.  

Por otra parte, el personal del museo recibe desarrollo profesional continuo para asistir adecuadamente a las personas con discapacidad, así como a sus familias. En este sentido, la entrada de los terapistas personales es gratuita cuando asisten con su cliente y los espacios e instalaciones del museo están diseñadas para el acceso sin problemas de los usuarios en sillas de ruedas.

También hay exhibiciones especiales para los niños que necesitan espacios silenciosos como por ejemplo: “El patio al aire libre de Nannie”, “La habitación silenciosa”, adyacente a la entrada principal y el “Patio Escolar Comestible” entre otras.

Juego seguro

Debido a la pandemia por COVID-19 en marzo de 2020 el museo cerró sus puertas y el 29 de mayo de 2021 volvió en grande con todas las medidas de seguridad para proteger a los visitantes del virus.

Por ello, el GCM limita la asistencia a 250 visitantes cada vez, dispone de señales de distanciamiento social marcadas en el piso para el ingreso, así como señalización recordatoria de las medidas preventivas en todo el museo. También el personal de la institución cuida que haya un número adecuado de visitantes en cada exhibición e insta a los visitantes a mantener la distancia.

Asimismo, todos los visitantes mayores de 3 años y los trabajadores del museo deben usar mascarilla, con las excepciones establecidas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Carolina del Norte. Las mascarillas deben cubrir tanto nariz como boca, además se exige su uso en espacios interiores, y en los exteriores se recomienda encarecidamente su uso.

Este 20 de enero el Museo de los Niños de Greensboro retomó sus actividades, de 9 am a 5 pm. Para más información sobre cómo disfrutar de esta maravillosa experiencia visite su página Web, escriba a su correo electrónico: comeplay@gcmuseum.com o comuníquese a través del 336-574-2898. 

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