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Trabajo infantil en los Estados Unidos: El departamento de trabajo reveló un dato alarmante

Foto: Archivo

Alexis Quintar- En medio de un escenario económico cambiante, el Departamento de Trabajo(DOL) publicó recientemente un inquietante informe sobre el trabajo infantil, destacando la gravedad de esta problemática tanto en Estados Unidos como a nivel global. Este documento resalta un preocupante incremento del 69% en el trabajo ilegal de niños desde 2018, lo que ha generado una seria alarma en la comunidad internacional. Las leyes estadounidenses de trabajo infantil, que datan desde 1938, han buscado el equilibrio entre el progreso económico y la protección de los menores trabajadores. Sin embargo, recientes presiones económicas y la demanda de la industria están generando retrocesos en la regulación del trabajo infantil, poniendo en peligro la seguridad de estos jóvenes trabajadores.

El trabajo infantil se presenta en diversas formas, desde actividades que pueden ser beneficiosas para el desarrollo de los niños, como ayudar en negocios familiares, hasta aquellas que interfieren con su educación y desarrollo físico, mental y social. La Organización Internacional del Trabajo(OIT) define el trabajo infantil como aquellas actividades que perjudican el crecimiento y la dignidad de los niños, incluyendo la exposición a entornos peligrosos, la esclavitud, la explotación sexual y la participación en tareas que obstaculizan su educación. Históricamente, Estados Unidos ha enfrentado desafíos significativos en la protección de los derechos de los niños, y no fue, sino hasta la Ley de Normas Justas de Trabajo (FLSA) de 1938 que se tomaron medidas oficiales para salvaguardar a los menores de la explotación laboral. Esta ley estableció directrices rigurosas, como la prohibición de contratar a menores de 14 años y la restricción de las horas de trabajo para menores de 18 años, evaluando y excluyendo a jóvenes de trabajos de alto riesgo para garantizar su seguridad.

A pesar de estos avances legislativos, eventos recientes en algunos estados han debilitado las protecciones para los trabajadores menores. Propuestas de ley presentadas en 2023 sugieren reducir las restricciones a los trabajos peligrosos, permitiendo a jóvenes de 14 años desempeñar labores en entornos riesgosos, como congeladores industriales de carne, y realizar tareas peligrosas a través de un programa de aprendizaje laboral. El informe del DOL pone de relieve la vulnerabilidad de los niños migrantes en Estados Unidos, especialmente aquellos que trabajan por bajos salarios en industrias inseguras, como las empacadoras de carne, la construcción y fábricas de alimentos. Se ha detectado un alarmante aumento en el trabajo ilegal de niños, evidenciando la necesidad urgente de tomar medidas para proteger a estos menores.

En este contexto, casos como el de Packers Sanitation Services, que pagó 1,5 millones de dólares en sanciones civiles por emplear a más de 100 niños en trabajos inseguros en ocho estados, resaltan la gravedad de la situación. Además, la explotación de niños inmigrantes no acompañados, algunos de tan solo 12 y 13 años, que trabajan extensas jornadas para saldar deudas generadas por su viaje a EE. UU., ha sido expuesta por el New York Times, generando preocupación y llamados a la acción por parte de diversas instituciones. El DOL y el Departamento de Salud y Servicios Humanos han tomado medidas para aumentar la protección de los niños inmigrantes, incluyendo un grupo de trabajo interinstitucional y la solicitud al Congreso para aumentar los fondos y las sanciones para las empresas que utilicen trabajo infantil.

En un contexto donde se evidencia un retroceso en la protección de los derechos de los menores trabajadores, urge un abordaje integral por parte de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto para erradicar esta práctica y asegurar un entorno seguro y saludable para todos los niños, independientemente de su estatus migratorio o situación socioeconómica.

Trabajo infantil en EE. UU.: Los riesgos que corren los jóvenes trabajadores

Un informe reciente reveló una escalofriante realidad: 350 trabajadores menores de 25 años perdieron la vida mientras desempeñaban sus labores en 2021, entre ellos, 24 eran menores de 18 años. Esta estadística, proveniente de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, resalta la preocupante situación del trabajo infantil en Estados Unidos. La aprobación de una propuesta de ley que permite a adolescentes de 16 y 17 años trabajar en operaciones mecanizadas en la industria forestal bajo supervisión parental ha suscitado controversia. La industria forestal, reconocida por sus altas tasas de muertes laborales, se coloca como una de las más peligrosas del país. El mes pasado, el Departamento de Trabajo (DOL) anunció una investigación sobre Perdue y Tyson Foods tras recibir informes de niños inmigrantes trabajando en turnos nocturnos en las plantas de estas empresas.

El Estado de Wisconsin fue escenario de una tragedia que conmocionó a la nación. Michael Schuls, un adolescente de 16 años, perdió la vida mientras trabajaba en una empresa forestal, evidenciando el riesgo al que se enfrentan los trabajadores menores en industrias peligrosas. La explotación laboral de niños migrantes es una realidad alarmante en Estados Unidos, a pesar de los esfuerzos por parte del Departamento de Trabajo, que ha impuesto multas de cinco millones de dólares a empresas que vulneran las leyes de trabajo infantil. La grave pobreza y la falta de opciones seguras obligan a estos jóvenes a trabajar en condiciones peligrosas, y las leyes restrictivas de inmigración los exponen aún más a la explotación y la servidumbre por deudas.

La naturaleza de los trabajos peligrosos en sectores como la agricultura, la construcción, la minería y la industria manufacturera pone en riesgo la vida y salud de estos jóvenes. Las tareas, que pueden ser relativamente seguras para los adultos, representan un peligro extremo para los niños debido a sus cuerpos más pequeños y débiles. Desde el uso de herramientas afiladas en la agricultura hasta la exposición a químicos dañinos y la ausencia de instalaciones sanitarias adecuadas, el trabajo infantil en estos sectores plantea serios riesgos para la salud y el bienestar de los menores.

Las nuevas leyes estatales que permiten a los jóvenes trabajar en ambientes potencialmente peligrosos contradicen a las investigaciones que demuestran el impacto negativo en la salud y el desarrollo de los niños. Los jóvenes son más propensos a sufrir heridas y a estar expuestos a sustancias químicas dañinas en comparación con los adultos. Además, abandonar la escuela para trabajar a una edad temprana aumenta la posibilidad de salarios más bajos y tasas de desempleo más altas en el futuro. La necesidad de abordar este desafío se vuelve imperativa, requiriendo la acción coordinada de agencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y la sociedad en general para proteger a los jóvenes trabajadores y garantizar ambientes laborales seguros y saludables para todos, independientemente de su edad o estatus migratorio. La protección de los más vulnerables y la promoción de sus derechos laborales debe ser una prioridad fundamental en la agenda nacional.

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