Francisco Machalskys- Nada como escuchar historias reales -aunque parezcan fábulas- de personas cotidianas, sencillas, iguales a ti y a mí, que incluso pueden ser tus vecinas y cruzártelas en el grocery, con problemas similares o incluso peores a los nuestros, y que no sólo se han atrevido a vencerlos, derrotando prejuicios y estereotipos, sino que encima nos inspiran a construir una sociedad posible utilizando una herramienta que pocos ciudadanos del mundo libre terminamos de asumir responsablemente: la participación.
Tal es la historia de José Fernando Oliva, nombre inequívocamente hispano que hoy, a sus 26 años, lidera el Sistema de Escuelas del Condado de Guilford (GCS, por sus siglas en inglés) como Subjefe de Gabinete del Distrito Escolar, con una idea fija en su mente y corazón: lograr que el talento vivo entre miles de inmigrantes indocumentados acceda a la educación media y universitaria, en provecho real para el fortalecimiento de este país y no como destinatario de un empleo de salario mínimo.
Esta misión que el jovencísimo José Fernando Oliva impulsa desde este cargo de alta responsabilidad es, como afirma él mismo, mucho más que un sueño. De hecho, parece una fantasía improbable, si tomamos en cuenta que llegó a Estados Unidos de Tiucal, poblado de Guatemala fronterizo con El Salvador, donde vivía con su abuela Elma prácticamente desde que nació. A Estados Unidos llegó en 2011, con apenas 15 años, a reunirse con Marlín, su madre, quien lo dejó de siete meses para emigrar.
Oliva llegó sin saber una palabra de inglés. Como es natural, le tocó traspasar la barrera idiomática, y con ella la barrera discriminatoria. A pesar de ello, reconoce el apoyo incondicional de muchos maestros que, según él, le dedicaron incluso horas extraacadémicas para que alcanzara su inserción idiomática. Se refiere a los educadores de la Doris Henderson Newcomers School, uno de los centros educativos pilotos en Carolina del Norte en la recepción de jóvenes recién llegados.
Con todo y herramienta idiomática, José tuvo que procurarse con paciencia y donaire su espacio social. “Por ser latino no me invitaban a ciertos lugares. Me tomó largo tiempo ser parte de grupos importantes, especialmente dentro de la política”, recuerda. No en balde completó la carrera de Ciencias Políticas en el Guilford College, con la ayuda de una beca casi completa otorgada por la propia casa de estudios y la Fundación Booner.
A su paso por la universidad, Oliva combinó aprendizaje con el impulso de iniciativas reivindicativas para el sector inmigrante, de donde proviene, tales como el programa Roads to College, que brindó información puntual a jóvenes indocumentados de cómo ingresar a la educación superior y obtener becas, así como el proyecto Soy un Líder, aún vigente en el Guilford College, también orientado a canalizar el poder creador y de triunfo entre los jóvenes inmigrantes.
Y de adolescente que no sabía una palabra de inglés, José Oliva pasó a trabajar junto a unas 30 organizaciones universitarias en la tarea de captar ingresos de jóvenes inmigrantes indocumentados, sin olvidar su participación como asesor en el Concejo Municipal de Greensboro, su selección como parte del Consejo Asesor Hispano/Latino de la gobernación en 2017, y una intervención para hablar de temas educativos en 2020 invitado por el hoy presidente Joe Biden. Más recientemente, fungió como agregado de la Fundación Z. Smith Reynolds, orientada a buscar soluciones a problemas sociales, desde educación hasta el medio ambiente.
Como un balance al saldo positivo de su crecimiento personal en forma asistida, José Oliva busca de alguna manera retribuir todo el apoyo recibido desde la plataforma educativa.
En declaraciones a medios, Oliva ha calificado como un “milagro” la manera como desde las aulas se generan cambios en forma concatenada, sin embargo, sostiene que para lograrlo es vital la participación de todos los miembros de la sociedad, padres, alumnos y profesores. En este sentido, asegura que desde el distrito escolar se enfocará en impulsar mejoras, en especial en las escuelas de áreas pobres, pero para ello subraya la importancia de que padres e hijos hablen sobre los problemas de sus escuelas y los comuniquen, para que el trabajo sea verdaderamente efectivo.