Alexis Quintar- A 2 años de las multitudinarias protestas del 11 de julio de 2021, el gobierno cubano pareciera hacer oídos sordos al pedido de su pueblo y la nación comunista sigue padeciendo tasas sorprendentes de migración y constantes protestas que marcan un descontento social. Recordemos que aquel evento ocurrido hace 2 años marcó un punto de inflexión en la historia de la isla, dado que los cubanos mostraron su valentía en su lucha perseverante por el respeto de los derechos humanos. Miles de ciudadanos salieron a las calles en varias ciudades de Cuba para expresar su enojo con el gobierno cubano y exigir cambios políticos, sociales y económicos. Las protestas comenzaron en la ciudad de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, y se extendieron rápidamente a otras ciudades, incluyendo La Habana, Santiago de Cuba y Santa Clara. Los manifestantes corearon lemas como “Tenemos hambre”, “¡Libertad!”, y “¡Abajo la dictadura!”.
Las causas de las protestas fueron diversas y reflejaron las dificultades económicas, la escasez de alimentos, medicinas, los apagones eléctricos, la falta de libertades políticas en Cuba. Al mismo tiempo, la pandemia de COVID-19 azotaba el mundo y por ello la situación económica en el país fue de mal en peor. Ante las masivas marchas en las calles, el gobierno cubano respondió a las protestas con un fuerte despliegue de fuerzas de seguridad, incluyendo la policía y grupos paramilitares conocidos como “brigadas de respuesta rápida”. A pesar de que las protestas fueron abrumadoramente pacíficas, se reportaron detenciones masivas, represión violenta y cortes de internet para evitar la difusión de información sobre las protestas. Cabe mencionar que más 700 personas están procesadas judicialmente por haberse manifestado de manera pacífica en las calles cubanas, la cuales buscan un gesto del presidente Miguel Díaz-Canel para que las penas sean menos severas. La comunidad internacional, incluyendo países y organismos internacionales, expresaron su preocupación por la situación en Cuba y condenó la represión contra los manifestantes. Hubo llamados a favor del respeto a los derechos humanos y la liberación de los detenidos.
Quien hizo un crudo análisis sobre lo ocurrido hace 2 años, fue Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, el cual le comentó a Infobae: “Antes del 11 de julio, la disidencia estaba muy marginada, incluso a nivel de los gobiernos democráticos había cierto pensamiento de que la disidencia en Cuba no podía dar una alternativa a la situación”. En el mismo tenor, Larrondo reflexionó: “La conclusión es que primero el pueblo, desde luego, ha despertado porque la represión que hubo a raíz del 11 de julio despertó a muchísima gente que se creía que tenía un gobierno obsoleto, viejo y ahora se saben gobernados por criminales. Y eso es un cambio de naturaleza brutal”. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Antony J. Blinken, el martes emitió un comunicado en donde recordó esta fecha que marcó a fuego al pueblo cubano. “Hoy se cumplen dos años desde que decenas de miles de cubanos en toda la isla alzaron la voz por sus libertades fundamentales. Estados Unidos se solidariza con aquellos que en Cuba continúan deseando una democracia libre donde se escuchen sus voces, sus negocios prosperen y sus hijos puedan lograr un futuro mejor”, indicó Blinken. Además, el secretario de Estado aseguró: “El mundo no olvidará a quienes valientemente hicieron oír su voz ante la extrema represión, incluidas las más de 700 personas que permanecen en las cárceles”.
Hoy por hoy, el pueblo cubano vive días muy complejos, ya que sufre problemas de liderazgo y eso queda evidenciado en los lazos que reforzaron tanto con China como con Rusia. Cabe mencionar que están en tratativas para instalar una nueva base militar y de inteligencia china en la costa este de la isla, a pocas millas de Estados Unidos. Uno de los problemas graves que hay en Cuba son los de migración, puesto que solo en 2022, más 220.000 cubanos intentaron ingresar a Estados Unidos por la frontera con México. Esto encendió las alarmas del gobierno estadounidense porque las cifras son realmente mucho más altas con respecto a años anteriores. Esta cantidad de isleños que emigran a Estados Unidos lo hacen por Nicaragua, un país aliado con Miguel Díaz-Canel, el cual eliminó los requisitos de visa para los cubanos.
El aumento de las personas que buscan tener un mejor estilo de vida en el exterior es el desencadenante de un deterioro político y económico impactante, sumado a una inflación que rondaría casi el 200 por ciento. Por esta razón, conseguir medicinas, alimentos y hasta combustible es una lucha que los cubanos viven a diario. Al parecer, internamente se cuestiona mucho el desempeño de Miguel Díaz-Canel, quien para muchos tendría problemas para llevar las riendas del país. A pesar de que fue “reelecto” en abril de este año, las protestas en su contra son una moneda corriente. En mayo, Díaz-Canel, quien también preside el Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en la isla, manifestó mediante un comunicado que el escenario económico es extraordinariamente complejo. Asimismo, el dictador de Cuba sostuvo: “En los últimos meses, se han complejizado un grupo de situaciones como problemas de la generación eléctrica y el déficit de combustible”. El descontento social es muy marcado en Cuba y a esto se le suma un acontecimiento muy preocupante: la instalación de otra base militar China, ya que el primer asentamiento militar se habría concretado por el 2019. El 8 de junio, el diario The Wall Street Journal comunicó que China y Cuba habrían llegado a un posible acuerdo para edificar una nueva base de espionaje en la isla. Estos rumores alarmaron al gobierno de Joe Biden, quienes se contactaron con funcionarios cubanos en Washington por las nuevas instalaciones chinas. “Le hemos manifestado nuestra preocupación al gobierno cubano”, comentó el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby. Igualmente, Kirby añadió: “El gobierno chino seguirá tratando de mejorar su presencia en Cuba y nosotros seguiremos trabajando para impedirlo”. No hay dudas que las protestas del 11 de julio del 2021 marcaron un momento de ruptura en la sociedad cubana y evidenciaron la profunda insatisfacción y el deseo de cambio por parte de muchos ciudadanos. Sin embargo, también generaron un aumento en la represión por parte del gobierno, lo que ha dificultado la continuidad del movimiento de protesta. La situación en Cuba sigue siendo compleja y en constante evolución.