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Leah Carlson- La historia de la inmigración mexicana está llena de riqueza cultural, sacrificio y búsqueda de oportunidades. Desde tiempos ancestrales, los pueblos indígenas de lo que ahora es México han migrado dentro y fuera de sus territorios en busca de mejores condiciones de vida y nuevas oportunidades.
Sin embargo, el flujo migratorio mexicano hacia los Estados Unidos se intensificó a finales del siglo XIX y principios del XX, impulsado por la Revolución Mexicana y la búsqueda de empleo en las zonas industriales estadounidenses. Durante este período, miles de mexicanos cruzaron la frontera en busca de trabajo en la agricultura, la construcción, los comercios, la salud, la alimentación y otras industrias en crecimiento.
Uno de los capítulos más oscuros de esta historia fue el programa conocido como “Bracero”, iniciado durante la Segunda Guerra Mundial para satisfacer la demanda de mano de obra en los campos agrícolas estadounidenses. Aunque se prometió protección y condiciones justas, muchos trabajadores mexicanos enfrentaron explotación y abusos por parte de los empleadores.
A pesar de los desafíos, la inmigración mexicana continuó aumentando en las décadas siguientes, alimentada por factores económicos, políticos y sociales en ambos lados de la frontera. Sin embargo, las políticas migratorias restrictivas y la creciente vigilancia fronteriza llevaron a un aumento en la migración irregular y a la tragedia de miles de muertes en el desierto. Una nota publicada por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) informa que, durante 2021, la población mexicana inmigrante en Estados Unidos alcanzó las 10.697.374 personas mientras que la población total de origen mexicano (nativos e inmigrantes) alcanzó los 37.235.886.
En general, el tamaño de la población mexicana inmigrante en Estados Unidos alcanzó su nivel máximo en 2007 y, luego de aumentos y descensos durante varios años, comenzó a disminuir a partir de 2014, aseguran especialistas. Entre las razones están la vuelta de más de un millón de mexicanos a la nación azteca debido a la recuperación lenta de la economía de EE.UU. después de la crisis de 2008, el endurecimiento de las leyes migratorias y la mejora de la economía de México.
Otro aspecto importante a destacar es que, a diferencia de décadas anteriores, cuando la migración de mexicanos a EE.UU. estaba conformada por trabajadores sin estudios superiores que se dedicaban en su mayoría a los sectores agrícola y de la construcción, actualmente es más probable que los mexicanos que llegan al país tengan estudios universitarios y conocimiento del inglés.
Según un estudio difundido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta más reciente tendencia de la inmigración mexicana propicia que aumente su participación en sectores de actividad que requieren mayores niveles de formación, como el de servicios profesionales y empresariales, el de educación y los servicios de salud.
“En el transcurso de los últimos tres decenios, los migrantes mexicanos ampliaron su número y presencia regional y sectorial, creció la calidad de su inserción profesional promedio en el envejecido mercado de trabajo estadounidense y se elevaron sus aportaciones económicas en ambos países”, subraya el estudio.
“Los migrantes mexicanos satisfacen la creciente demanda del mercado laboral de Estados Unidos. Entre 1994 y 2007 se crearon 24.7 millones de empleos en ese país, de los cuales uno de cada seis fue ocupado por un mexicano”, se lee en la Biblioteca científica electrónica en línea (SciELO, por sus siglas en inglés).
También, en las últimas décadas, se ha observado un notable incremento en la inmigración mexicana hacia estados que tradicionalmente no han tenido una gran población hispana, como Carolina del Norte. Este estado ha experimentado un crecimiento significativo en su comunidad mexicana, especialmente en áreas urbanas como Charlotte, Greensboro y Raleigh, donde muchos inmigrantes mexicanos forman una parte vital de la fuerza laboral en los comercios, la atención médica y los servicios de alimentación.
Según datos del Censo 2020, difundidos en 2021, México es el principal país de origen de los hispanos en Carolina del Norte, con 217.000 personas, el 54 por ciento de los latinos que viven en el estado.
A pesar de los obstáculos, la comunidad mexicana en Estados Unidos ha prosperado y contribuido significativamente a la sociedad estadounidense en diversos campos, desde la gastronomía hasta las artes, la ciencia y la política. Los mexicanos y otros inmigrantes latinos desempeñan un papel crucial en la economía estadounidense, a menudo ocupando trabajos que son fundamentales para el funcionamiento del país.
Sin embargo, la falta de una reforma migratoria integral ha dejado a millones de inmigrantes indocumentados viviendo en las sombras, sin acceso a derechos básicos y viviendo con el miedo constante a la deportación. Es fundamental que se implementen políticas que reconozcan la contribución de los inmigrantes a la sociedad y les otorguen un camino hacia la legalización y la ciudadanía.
La historia de la inmigración mexicana es un recordatorio de la resiliencia y la determinación del pueblo mexicano para buscar una vida mejor para sí mismo y sus familias. A pesar de los desafíos y las adversidades, los inmigrantes mexicanos han demostrado una y otra vez su capacidad para superar obstáculos y contribuir de manera significativa a sus comunidades de origen y destino. Es una historia de esperanza, perseverancia y la búsqueda incesante del sueño americano.